Es evidente que la
mano del Señor está en Juan, Ha nacido para ser el precursor, preparar los
caminos y anunciar la llegada del Mesías prometido. Su nombre rompe con la
tradición de seguir los nombres que trae la familia.
Mi vida también
tiene tormentas que me hacen zozobrar. Y aparecen cuando menos lo espero y
preveo. Es entonces cuando levanto mi mirada y te busco, Señor. No dejes que
mis miedos me puedan y paralicen mi fe. Mantenme siempre firme y abierto a tu
Palabra.
Es signo y señal
de una nueva era. Empieza el anuncio de la llegada del Mesías, y tras menguar
su efímera luz y desaparecer, dejar el camino abierto para que la Luz, que
nunca se apaga, alumbre el Camino, la Verdad y la Vida de salvación eterna.
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