Sabido es que lo
bueno tiene su coste. Cuando queremos adquirir alguna cosa preguntamos
inmediatamente por su precio, que nos dirá, según su coste, el valor de ésta.
Pues bien, la vida de la Gracia es muy cara, nos pide y nos exige nuestra vida.
Pedimos, Señor, la
sabiduría, la paz y fortaleza para que, con nuestra vida y palabra, podamos
transmitir y mostrar el camino que conduce a la única y verdadera felicidad
eterna: El encuentro contigo y el permanecer en tu Gloria. Amén.
Una vida que,
mientras camina por este mundo, debemos dar en servicio y caridad a los más
débiles, hasta el punto de darnos plenamente. Y nos damos plenamente cuando,
olvidándonos de nosotros, tratamos y nos esforzamos en darnos a los demás.
Haciéndolo de la misma manera que nos gustaría que nos lo hicieran a nosotros.
Es la ley del amor que únicamente podemos encontrar entrando por esa puerta
estrecha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.