No es lo que
aparentemente se ve o podemos ver. Jesús, el Señor, ha dado su Vida libre y
gratuitamente para que tú y yo seamos mejores personas hasta el extremo de olvidarnos
de nosotros para que los otros sean mejores personas.
Sé, Señor, y cada
día me doy más cuenta y lo experimento en mi propia carne, tu presencia, tu
Gracia y tu Infinita Misericordia con la que me regalas cada instante de mi
vida, me sostienes y me das impulso para seguir el camino, la verdad y la vida
que me lleva a Ti.
Y eso lo ha hecho
simplemente por Amor. Todo en Él es Amor, y tratando de mirarlo con una mirada
de fe, descubrimos la maravilla e inefable grandeza de su Amor. Desde la cruz,
Jesús, nos invita a tener un corazón como el suyo. Eso sí, tendremos que
pedírselo porque nosotros no podemos. Es Gracia que sólo Él nos puede conceder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.