Servir es el signo
del amor, pero hacerlo sin esperar recompensa y con plena gratuidad es el signo
del Amor que nos propone Jesús. Amar no consiste simplemente en servir, sino
hacerlo gratuitamente sin proporcionalidad a ser correspondido o no.
Sé que tengo que
poner a pleno rendimiento todo lo que he recibido de tu Amor Misericordioso y
generoso, Señor, pero, también sé que, a pesar de mi trabajo, mis éxitos y
frutos depende de ti, mi Señor. Porque, todo crece y vive según tu Voluntad,
Señor y Dios mío.
Amar es darse sin
condiciones ni respuestas, simplemente por amor. Tal y como la hizo y hace cada
día Jesús cumpliendo la Voluntad de su Padre. Precisamente ese es el verdadero
signo que distingue al cristiano de todos los demás. Porque, se puede ser buena
persona y, pero solo se será buen creyente aquel que se entrega gratuitamente
por amor.
Y eso, a pesar de
nuestras limitaciones y pecados no debe amilanarnos ni desanimarnos. Sabemos
que estamos lejos de la perfección y la plena entrega, pero, precisamente,
abiertos a la acción del Espíritu Santo, avanzamos día a día en irnos acercando
y perfeccionándonos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.