Me pregunto,
¿quizás también a mí y a muchos nos preocupa que podamos contrariar a otros con
la verdad al defender la justicia? Quizás, a la hora de examinarnos, deberíamos
analizar y pensar sobre la rectitud, valentía e intención de nuestras
decisiones.
Si me atrevo al
camino de seguirte, Señor, es porque, sé y creo que tu Espíritu camina con
conmigo. En Él encuentro la fortaleza, la sabiduría y la paz para aceptar mis
fracasos, mis debilidades y mis propias traiciones que me someten. En Él
experimento la liberación de mis emociones y sentimientos para poder vivir en
tu Voluntad, Padre mío.
Mirar si realmente
actuamos presionados y sometidos al parecer de otros, o, realmente, decidimos
libremente pensando en la verdad y justicia. Sería muy aleccionador fijarnos en
el testimonio de vida que nos deja Juan el Bautista al denunciar la mentira, el
egoísmo, la satisfacción y el placer por encima de la verdad y la justicia.
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