domingo, 11 de agosto de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Un pan que se entrega, que se da como alimento para la Vida Eterna. Así se manifiesta Jesús, el Hijo de Dios, ante los connacionales de su tiempo. Y así lo hace también ahora a través de su Iglesia. La reacción es la misma. Quizás con matices diferentes pero el mismo rechazo ante su proclamación.

Es evidente que cuando el centro tu corazón lo ocupa el Señor, tu vida se da y entrega generosamente por amor, sin condiciones, al bien de los demás. Porque, el amor recibido de Él nos empuja a corresponder y hacer lo mismo. Ese fue el testimonio de Lorenzo, diácono. Entregó su vida por amor y servicio a los necesitados como aprendió de Jesús, nuestro Señor.

A pesar de eso, los creyentes de este tiempo siguen proclamando que Jesús es el Pan bajado del Cielo para darnos Vida Eterna. De la misma manera, como Él nos ha enseñado, tratamos de partirnos y repartirnos entre los más necesitados, entregando a la tarea de anunciarlo y de gritar al mundo que el verdadero alimento, que da Vida Eterna, es Jesús, el Señor, el Hijo de Dios Vivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.