Se hace difícil,
por no decir imposible, entender este reparto de Jesús. Unos que sólo han
trabajado una hora reciben lo mismo que los que han trabajado todo el día.
¿Nos parece justo?
Confío en Ti,
Señor, y espero que transformes mi corazón, terco y endurecido por mis propias
pasiones y egoísmos, en un corazón tierno, suave, bueno, paciente, comprensivo
y humilde, semejante al Tuyo. En tus manos me pongo, Señor mío.
Sin embargo, Jesús
quiere darnos a entender que todo lo que tenemos, hagamos esto o lo otro, nos
es dado gratuitamente y sin merecimiento. Todo por su Bondad y Misericordia
Infinita. De modo que todo lo que somos y tenemos debemos también nosotros
tratar de compartirlo y, bondadosamente, ofrecerlo en servicio a los más
necesitados. Pues, gratis lo hemos recibido, y gratis lo hemos de compartir con
aquellos últimos de la cola, los más necesitados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.