Mantener el alma
de niño significa sostenernos en la presencia de Dios Padre como hijo/a. Un
Padre Bueno que nos quiere, nos da lo que realmente nos conviene y nos ha
creado, para que seamos felices eternamente.
Todo queda fuera
de mi esperanza, Señor, si Tú no estás conmigo. Todo pierde su sentido, Señor,
sin tu presencia. Porque, Dios mío, Tú eres mi Camino, mi Verdad y mi Vida. ¿A
dónde voy si Tú no caminas a mi lado? Amén.
Porque, un padre
nunca quiere lo malo para su hijo/a. Siempre busca lo mejor y, busca y desea,
que su hijo/a sea plenamente feliz. ¿Y Dios Padre, que nos ha creado, y nos
revela en su Hijo Jesús su Amor Misericordioso, va a ser diferente? Si Él ha
hecho que los padres y madres de este mundo sean así con sus hijos, ¿cómo Él,
el Creador, va a ser de otra forma? ¿No hemos sido creados a su imagen y
semejanza? Pues, eso, seamos esos hijos – siempre niños – con nuestro Padre
Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.