Tú, mi Señor, eres
el Hijo de Dios que llenas mi vida plenamente, le das sentido y la llenas de
esperanza para seguir adelante sin desesperación ni deseos de violencia.
Simplemente, en actitud de servicio y misericordia.
Señor, toma mi
vida y modélala según tu Voluntad hasta el extremo que quede configurada con
tus sentimientos, bondad y misericordia. De modo, que como Pablo, no sea yo
quien vive en mí sino Tu, Señor, y derrame tu Amor y Misericordia en todos
aquellos que llegan a mi vida.
Y, eso Señor, solo
lo puedo conseguir permaneciendo a tu lado y abriéndome a tu Palabra y a tu
Gracia. Ver el mundo con ojos llenos de amor: ser paciente, humilde,
comprensivo, suave y bueno, sólo está al alcance de Ti, Señor, y de a los que
Tú quieras concederlo. Y eso es lo que realmente quiero, Señor, caminar junto a
Ti y hacer tu Voluntad.
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