Creo en Ti, Señor,
y sé que tu Palabra es Palabra de Vida Eterna. Confío en ella y me abro a su
autoridad y poder, porque sé que ella me libera y me salva. Sé, Señor, y en Ti
confío, de que a tu lado venceré a ese espíritu inmundo - diablo – que busca mi
perdición.
Hay momentos que
mi vida se complica con sentimientos vanos e inútiles. A veces las más simples
tonterías zozobran mi corazón e intranquilizan mi alma. ¿Cómo puedo tener
temor, desasosiego y desesperanza cuando mi Padre Dios es Infinitamente Bueno y
Misericordioso? En Él siempre encontraré paz y esperanza. Ven Espíritu de Dios
y pon paz en mi alma.
Soy consciente de que me acecha, que trata de seducirme, que me tienta y me ofrece el poder del mundo, sus riquezas y placeres y todo lo que, en definitiva, me aparta de Ti. Contigo, Señor, sé que venceré, porque tu Palabra, Autoridad y Poder están por encima del mal que él pueda hacerme. Y sé. Señor, que Tú, por tu Infinita Misericordia, me das esa autoridad y poder para poderme liberar de las ataduras del demonio. ¡Gracias, Dios mío!
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