No es cuestión de
desesperar ni de darnos por vencidos porque nuestra propia naturaleza se rebele
contra nuestros deseos de querer amar a nuestros enemigos. Su reacción es la
normal. Necesitamos la acción del Espíritu Santo para que podamos sentir el
verdadero amor.
Cada día, Señor,
mi vida me reta a caminar a tu lado o abandonarme a las seducciones de este
mundo. No permitas que me entregue a las propuestas de este mundo por mucho que
me sienta inclinado a ellas. Dame la paz, sabiduría y fortaleza de estar
siempre en Ti y a tu lado. Amén.
Porque, amar por
interés o correspondencia, es lo mismo que amar por egoísmo. Amo a quien me
ama; amo a quien se porta bien conmigo; amo a quien me da y me corresponde; amo
a los que piensan como yo; amo a mis amigos…etc. ¿Y a los que no te
corresponden? ¿Y a los que no te aman, ni se portan bien contigo? ¿A esos los
ama? ¿¡Y tú, ¿te portas bien con tu Padre Dios? Pues, te portes como te portes,
Dios te ama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.