Es evidente que la
vida nos presenta problemas. Sobre todo cuando defendemos la verdad y
confesamos que Dios es nuestro Padre. Y es que el cristianismo es la religión
más perseguida por todos aquellos que quieren destruirla y hacerla desaparecer.
Es eso, Señor, lo
que quiero y deseo: dejar que Tú escribas mi historia y guíes mi camino. Pero,
el mundo, demonio y carne me pueden, me tientan, me hacen dudar y me seducen.
Haz, Señor, eso te pido, que mi vida se adhiera a Ti, y que nada pueda separarla
de tu presencia. Contigo voy seguro.
Pero, también es verdad que los cristianos católicos somos bautizados, y en ese momento recibimos el Espíritu Santo, que nos defiende, nos asiste, nos da fortaleza y sabiduría para soportar y superar esos momentos difíciles donde nuestra fe es cuestionada, amenazada y atacada. En Él nos hacemos fuertes para superar todas esas pruebas que tratan de apartarnos de nuestro camino hacia la Casa del Padre.
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