No cabe ninguna
duda que la familia tendrá una gran importancia en nuestra vida. Nuestros, tan
importantes, primeros pasos se dan en nuestro ambiente familiar, y de ellos dependerá
mucho la orientación y el camino que tomemos en nuestras vidas.
En muchos momentos
de nuestra vida también nosotros somos inocentes. Inocentes del daño que
hacemos cerrando nuestros ojos a la verdad, a tu Ternura y Misericordia, Señor.
Perdónanos, Señor, y danos fortaleza, paz y sabiduría para defender a los
santos inocentes de nuestro tiempo.
La huella de disponibilidad, de entrega, de sacrificio, de esfuerzo, de solidaridad, de compartir y de amor que hayamos experimentado y vivido en nuestras familias serán el norte de nuestro camino en el recorrido de nuestra vida en el futuro. Ahí, en esa lucha de cada día, se hará presente el Amor y la Misericordia de nuestro Padre Dios, y en y con Él seremos invencibles, y capaces de superar todos los obstáculos que nos pondrá el pecado.
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