jueves, 16 de enero de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Nuestra propia experiencia nos habla de dolor y sufrimientos. Somos consciente de que existimos, y de hubo un inicio de nuestra vida, pero que también habrá un final. Y ese final nos amenaza con dolor y sufrimiento. Por eso buscamos sanación.

Me conoces, Señor, sabes todo de mí. No en vano me has creado y conoces todas mis intenciones, mis defectos, mis errores y pecados. Y así, tal como soy, y haga lo que haga, me amas y me perdonas. Tu Misericordia, mi Dios, es infinita y me salva. Gracias, Señor porque, a pesar de todo eso, cuentas conmigo.

Ahora, también nuestra experiencia nos habla de que sólo Dios, nuestro Padre, nos puede salvar de ese dolor y sufrimiento. Muchos lo creen, pero hay quienes no lo creen. Todo dependerá de tu fe, y de saber que en manos de tu Padre Dios – porque creas o no en Él eres su hijo – puedes quedar limpio según su Voluntad. Esa fueron las palabras del aquel leproso, y, Jesús, el Hijo de Dios, cuyo infinito amor es misericordioso, quiso limpiarlo.

No busques donde no hay. El amor no está en el poder, tener o riqueza. El amor se esconde detrás de la lucha de cada día por ser auténtico, humilde y aceptar las dificultades y diferencias que nos separan y que también nos unen. Porque, cuando amas perdonas. Y si perdonas, no hay conflicto.

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