Cuando
hagas un regalo o un favor, que sea gratuito, sin esperar nada a cambio. El amor verdadero no busca recompensa. Si
esperas que te devuelvan lo que diste, no es amor, es negocio.
Señor, eres el reto de cada día de mi vida. Junto a
Ti, y en tu presencia, me esfuerzo por vivir en cada instante de mi vida tu
amor y misericordia. Y eso, gracias al alimento de tu Cuerpo y Sangre que me
regalas cada día. Gracias.
Ayuda
especialmente a quienes no pueden pagarte. La verdadera caridad se mide cuando se da desde el corazón, sin esperar
retribución. Solo lo que se entrega sin cálculo tiene valor ante Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.