Es
posible que tengamos algo de fe, pero no como un grano de mostaza, tal como nos
dice Jesús: una fe capaz de crecer hasta mover montañas. Ese es nuestro reto
y nuestra lucha.
A
veces me pregunto qué hubiese sido de mi vida de seguir mis planes. Supongo que
no estuviese donde estoy ahora. Y eso es lo mejor de mi vida, estar en tu
presencia, Señor. Por eso, te doy gracias por todo lo que me has dado. Sé que,
de no dejarme guiar por Ti, estaría perdido.
La fe, cuando realmente es fe, comienza en lo pequeño, pero posee un potencial de crecimiento inmenso, capaz de superar obstáculos que parecen insalvables. Porque su fuerza no está en el tamaño… sino en la confianza que depositamos en Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.