| Mt 15, 29-37 |
Si no conformamos
nuestra vida, como hicieron los discípulos de Jesús, con sencillez y humildad,
no seremos capaces de ver la acción viva de Dios en lo cotidiano.
Señor, hoy he pasado un
día en el que me he dado cuenta de mi esclavitud. Dame las fuerzas necesarias
para poder vencerme y ser algo más libre para, por tu Gracia, estar más atentos
a los demás. Gracias.
Solo quien se entrega por completo puede ver, como ellos lo hicieron. Entonces, la mirada limpia e ingenua de los pequeños descubre los signos de la liberación de Dios entre nosotros.
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