lunes, 7 de julio de 2014

SOBRE LA MUERTE



La vida es lo más importante. Se celebra cuando se nace y se llora cuando se muere. Si no hay vida no hay nada que celebrar. Todo acontecimiento festivo celebra el triunfo de la vida, porque todo está cargado de vida. Así el nacimiento, los primeros pasos, la adolescencia, la juventud, el noviazgo, el matrimonio, el primer trabajo, los hijos...

Para todo se hace necesario vivir con alegría y lejos de la enfermedad o la muerte. Por eso, aquel magistrado salió en busca de Jesús y le pidió que resucitara a su hija. También la mujer hemorroisa corrió a tocar a Jesús. Ambos creyeron en Jesús y esperaban conseguir lo solicitado. 

Y así ocurrió, pero seguro que tanto la hija del magistrado aludido, como la hemorroisa volvieron a enfermar y a morir, pues el tiempo se encarga de que a cada uno le llegue su hora. Sin embargo, Jesús, demostrado su poder, nos ofrece ahora la salvación Eterna. Y eso sí que es Vida para Siempre.

domingo, 6 de julio de 2014

SOBRE LA CONFIANZA



En apariencia se pueden parecer, pero no son ni hermanas, ni primas, ni tienen parecido alguno. Mientras la confianza descubre esperanza y seguridad en una persona dando por seguro su existencia,  fe es la creencia sobre la existencia de alguien.

Puedes perder la fe y recobrarla, pero la confianza es algo muy difícil de recuperar. Pues perdida te resulta imposible volver a recuperarla. ¿Cómo podríamos confiar en el Señor si alguna de sus Palabras fuesen error? No cabe duda que la confianza es posterior a la fe.

Primero creemos, y luego intimamos, conocemos y adquirimos confianza con Aquel que sabemos que existe y tiene Palabra de Vida Eterna.

sábado, 5 de julio de 2014

SOBRE LA HUMILDAD



Ser humilde desprende sencillez, porque la humildad y la sencillez son primas hermanas. Quién es sencillo es porque es humilde y acepta lo que la vida le ofrece y le prepara. El sencillo no sufre, al menos por lo que tiene o no tiene. Sufre por el dolor físico o las necesidades, pero nunca por la ambición de tener y poseer.

Quizás sea por eso por lo que el Señor, casi siempre, ha elegido a gente sencilla y humilde de condición. Quizás sea porque son personas más predispuestas a desprenderse y a aceptar lo que la vida les depara y les propone, y, también, más abierta y dispuestas a escuchar y a convertirse.

La humildad es condición imprescindible para provocar el encuentro con el Señor. Sin ella será imposible abrir la puerta de tu corazón para dejar entrar el Corazón de Jesús.

viernes, 4 de julio de 2014

SOBRE LO NUEVO Y LO VIEJO





Nada viejo se puede arreglar como nuevo, porque lo viejo siempre descubrirá que está atado al tiempo y a la caducidad. Lo nuevo necesita de lo reciente, de lo joven y lleno de vida para crear vida.

Porque la vida empieza de cero. Nacer de nuevo, no sólo implica volver a nacer, sino transformar su corazón impuro en uno puro. Nacer de la Vida de la Gracia, de la que salta a la Vida eterna.

Y esa Vida no se encuentra en las cosas viejas y caducas de este mundo.

jueves, 3 de julio de 2014

SOBRE LOS ENFERMOS



Solamente buscará cura aquel que se considere enfermo. Es obvio que los sanos hasta se olvidan de solicitar curación, ya que consideran que no la necesitan. Sin embargo, hay una enfermedad, de mucha mayor importancia, que se esconde y no se suele advertir. Se necesita estar muy despierto, y bañado de mucha humildad, para reconocerse tocado y enfermo de este mal.

En ella nos va la verdadera vida. No la vida mundana, que simplemente es un tiempo, sino la Vida que continúa y sigue hasta la eternidad. Dependerá de estar enfermo o ser curado que nuestra verdadera Vida sea feliz y plena de gozo.

 Procede entonces buscar con bastante interés a ese Médico que cura nuestra mortal enfermedad.

miércoles, 2 de julio de 2014

SOBRE LAS DUDAS



La fe se tambalea porque en su camino sufre tribulaciones, es perseguida y le someten a toda clase de pruebas. La fe necesita dudar, porque sólo dejará de ser duda cuando alcance la presencia del Señor. Entonces cuando le vea ya no necesita tener fe.

Eso fue lo que experimentó el apóstol Tomás: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído». Y esa fue también la respuesta de Jesús, una respuesta que nos llena de esperanza y de alegría.

Porque a pesar de mis dudas y tribulaciones, Señor, confío en Ti y me pongo en tus Manos. Amén.


martes, 1 de julio de 2014

SOBRE LOS TEMORES



El miedo es algo que siempre ha temido el hombre. Posiblemente, el miedo no existe realmente sino que habita y se fábrica dentro del hombre. Sin embargo, el hombre no puede negar el miedo que siente perder la vida, lo que no ocurre con el quitársela a otro. La diferencia entre ambas actitudes es el amor o el desamor.

La muerte la produce el desamor. Cuando el hombre se sitúa en el extremo opuesto al amor, el miedo se apodera de su corazón y es capaz de matar. Incluso, mata su propia vida. Todo consiste en que pierde la esperanza eterna de vivir y se agarra a la esperanza muerta del mundo.

Porque sólo en la bondad del Padre Dios está la verdadera esperanza de vida eterna. Y cuando te encuentras con Él pierdes todo temor a perderla.