Jesús vino a
anunciarnos el Amor y Misericordia de su Padre. Y a decirnos que quien cree en
Él tendrá vida eterna. Y lo dice porque conoce su Misión y su Pasión. Y que, muerto
tras ser crucificado en la Cruz, Resucitará al tercer día. Y eso lo proclama y
anuncia por todos los lugares.
No me cansaré,
Señor, de suplicar tu aliento, tu luz, tu fortaleza y tu guía para que mi vida
no pierda el sentido de tu Amor Misericordioso. Porque, de lo contrario, mi
camino será baldío y de perdición.
Es tiempo de camino, de recorrer pueblos y aldeas anunciando esa Buena Noticia de Vida Eterna. Y, Jesús, lo hace acompañado de sus apóstoles y de algunas mujeres a las que había curado de espíritus malos. No hay otra manera de anunciar sino a través de la palabra directa y recorriendo los lugares. Hoy son otros tiempos y, además de esta forma de proclamar, también podemos hacerlo a través de medios digitales. Y, creo, hay que aprovechar todos esos medios. Porque, lo verdaderamente importante es decirle al mundo que Cristo Vive.